En 1957, el mismo año en que ganó el concurso de la Ópera de Sídney, que dibujó en el garaje de su casa del bosque en Hellebaek, Utzon había realizado una propuesta para una residencia estival para niños afectados por la polio en Mallorca, un proyecto auspiciado por su suegra. Utzon conoció finalmente la isla navegando durante unas breves vacaciones en 1958, mientras se imprimía el denominado “Libro Rojo” de la Ópera para ser enviado a Sídney.
A partir de 1960, la familia visitó regularmente Mallorca, y Utzon adquiere progresivamente los terrenos de la parcela interior en el lugar de Can Llarg, en S’Horta, donde tres décadas después construiría Can Feliz. Tras la compra del primer terreno a un campesino, otros agricultores le ofrecieron parcelas adyacentes a un precio reducido, ya que para ellos eran terrenos poco productivos y no había comenzado la expansión turística. Así, se hizo con un terreno considerable. En 1963, por necesidades de la marcha efervescente de las obras de la Ópera, Utzon se instala en Australia con su familia.
El encuentro con el acantilado
Tras su tormentosa salida de Sídney en la primavera de 1966, Utzon permaneció varios meses en Hawái, esperando ser reclamado de vuelta en la obra de la Ópera, y no quería regresar a Europa. Su primer acercamiento a Europa se produjo en otoño de 1967, precisamente a Mallorca, cuando fue invitado por unos amigos a la casa construida en 1963-65 por el arquitecto Erik Christian Sørensen en la Colonia del Silencio. Sørensen había compartido parte del viaje de Utzon de 1949 a EEUU para conocer la obra de Mies y Wright. La casa está situada en el acantilado, a unos 300 metros de donde se construiría Can Lis. (*1)
Aunque la familia vivía por entonces en Hawái, donde Utzon colaboraba con un arquitecto y después llegó a dar clase en la universidad, dada su lejanía de Europa no resultaba nada práctico tenerla como base permanente. Pero todavía añoraban los paisajes que habían conocido en el área de Pittwater, al norte de Sídney, con una orografía pronunciada, el mar, la vegetación, mucho espacio natural y un clima excelente.
“Vivíamos en un lugar maravilloso y nos gustaba ir a nadar, hacer vela y muchas más cosas. Nos hacía felices, como a cualquiera que amase la naturaleza, poder trabajar o estudiar en un lugar así. Nuestros hijos lo amaban sobremanera. No nos sentíamos extranjeros en Australia. No tenía la sensación de que una vez que el trabajo (de la Ópera) se acabara nos fuésemos a ir. Habíamos encontrado nuestro lugar en el mundo. Nos habíamos establecido allí e hicimos muchas amistades. Era nuestro hogar, mucho más incluso que Dinamarca, y lo sentíamos así como familia. Si no fuera por cómo se desarrollaron los acontecimientos, nos hubiéramos establecido allí y nos hubiéramos nacionalizado australianos. Teníamos los permisos. Esta es la razón por la que compramos este trozo de terreno aquí, en España, porque la vida se parece mucho a la de Australia. No queríamos volver a Dinamarca.” (*2)
Durante esa estancia en Mallorca redescubren las bondades de la comarca del Migjorn mallorquín, cuyo mar, paisaje y forma de vida colmaban su aspiración de encontrar su añorado paisaje de Nueva Gales del Sur en Europa, y a solo 2 horas y media en avión desde Dinamarca (*3). Así, se reencontraron con la isla y decidieron tener, finalmente, allí el hogar que habían pretendido originalmente en Australia y vivir una parte del año en Mallorca.
La preservación del paisaje
Los Utzon conocieron el lugar del acantilado y se quedaron prendados de él. Era la parcela más estrecha que se podía construir en esa zona, con apenas 15 metros de anchura. A Jørn Utzon le gustaba extender la leyenda de que era el solar más barato del lugar. Pero, como sucedió en las parcelas que había comprado anteriormente, en Porto Petro no solo compró la estrecha parcela del acantilado sino que adquirió bastante más terreno.
Cuando proyectó su vivienda de Bayview sobre una colina, al final de la calle Kara Crescent, compró varias propiedades limítrofes hasta juntar una superficie de 24.000 m2. La intención era asegurar la preservación del paisaje circundante y las vistas al mar, como manifestó en las cartas a las autoridades municipales, que le denegaban continuamente los permisos al proponer pabellones independientes. ¡Es curioso, cuando hoy en día hay docenas de casas en el mismo terreno!
“He comprado incluso más terreno de mis vecinos y he creado un pacto con una gran parte de ellos para proteger la silueta de la colina vista desde Pittwater y viniendo desde Mona Vale. Esto es naturalmente un gasto que he asumido yo mismo para mantener la belleza de la cima de la colina. Hago esto porque siento sinceramente que la falta de planeamiento y la falta de cooperación entre los vecinos ha destruido la silueta típica de Sídney en muchos lugares” (4*)
Subyace también en este proceso la idea de privacidad que Utzon buscaba siempre en todas sus viviendas: la de Hellebaek, escondida en el bosque y de difícil acceso, la de Bayview ya mencionada, Can Lis y, finalmente, Can Feliz, donde mantuvo la localización oculta durante años y aún hoy no es tan sencillo encontrarla. Con todo, la más expuesta resultó ser Can Lis.
Utzon adquiere las parcelas 24 y 25 de la Colonia del Silencio en la calle Media Luna donde construiría Can Lis. Compra además las fincas denominadas en el plano como “A”, “B”, “I” y “II”, situadas al otro lado de la calle, para evitar que en el futuro se pudiera construir algo que destruyera el entorno adyacente del pinar. Como se muestra en el plano ilustrado arriba, Utzon indica en sus anotaciones esa intención de evitar futuros problemas con los vecinos.
Utzon comprará un poco más tarde dos terrenos adyacentes en la línea del acantilado para evitar que se construyesen en el futuro. Utzon anota la palabra “preservar” y adquiere la parcela nº 25, colindante por el este, y el espacio de acantilado situado ente su parcela y la nº 23. Finalmente, adquirirá también las parcelas 1320 y 1357 para ampliar la zona de protección.
Utzon alquiló una casa de campo en el interior montañoso durante algunos meses más, antes de volver a Dinamarca a comienzos de 1968, ¡por primera vez desde su salida de Australia!, y reabrir su estudio en Hellebaek. En 1970, Utzon sufre una serie de decepciones profesionales y personales, y decide que era el momento de acometer los proyectos de Mallorca. Utzon pretendía por entonces construir paralelamente una casa en la parcela interior y otra en el acantilado de Porto Petro. Durante dos años realizó sucesivas propuestas para las dos.
El proceso de implantación de Can Lis será una lección de progresiva reflexión sobre la comprensión del lugar. ¿Te ha interesado esta historia de Can Lis? No te pierdas la siguiente.
Geolocalizaciones de las casas: Can Feliz > https://goo.gl/maps/jjybVVcVS5kEvewH7 Can Lis > https://goo.gl/maps/S2AM5nVxiJLkRTxG6 Casa no construida Bayview > https://goo.gl/maps/qZFGpSHuwe4XpF8D6
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(1*) Muchas cuestiones planteadas en este articulo aparecen desarrolladas en mi tesis doctoral: Can Lis: la huella de la arquitectura de Jørn Utzon a través de esta obra. Tesis Doctoral, 2015. E.T.S. Arquitectura (UPM).
(2*) Jørn Utzon. “Utzon breaks his silence”; entrevista de Eric Ellis a Jørn Utzon y Lis Utzon en el semanario del fin de semana Goodweekend del periódico Sydney Morning Herald, Eric Ellis, 31 de octubre de 1992.
https://www.smh.com.au/lifestyle/utzon-breaks-his-silence-20140904-10c93e.html
(3*) Hay múltiples testimonios de ese deseo de Jørn y Lis de encontrar un lugar similar a Pittwater. Online, se puede consultar, por ejemplo, la conferencia de Jan Utzon donde explica por qué la proximidad de Mallorca a Dinamarca solucionaba ese deseo.
UTZON, Jan. Jan Utzon on Jørn Utzon https://www.youtube.com/watch?v=EKeoK3lX0Kc
(4*) Extracto de una carta de Jørn Utzon a las autoridades municipales de Pittwater, fechada en 1964. Reproducida en la revista Content 1, 1995.
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