
Fig.1: Fotomontaje Déployé Dome BauHaus/FabLab, Fabricio Santos Arias, 2022.
Izquierda: estudio del material en el curso preliminar de Josef Albers en la Bauhaus de Dessau, hacia 1927. Papel cortado parcialmente en semicírculos y empujado hacia fuera, Erich Consemüller (mitad izquierda de imagen original). Derecha: Déployé Dome, proyecto final del Fab Academy 2015, Fabricio Santos Arias (mitad derecha de la imagen original). Superficie de piezas articuladas impresas en 3D transformable según un sensor de luz conectado a un servomotor.
El artículo «Arquitectura Maker: Aprender Fabricando» destaca la importancia del movimiento maker en la educación arquitectónica. Este enfoque promueve el aprendizaje práctico mediante la fabricación y experimentación directa, fomentando la creatividad y la innovación. Al integrar herramientas digitales y técnicas tradicionales, los estudiantes desarrollan habilidades técnicas y una comprensión más profunda de los materiales y procesos constructivos. Además, el método maker facilita la colaboración interdisciplinaria y prepara a los futuros arquitectos para enfrentar desafíos complejos en sus carreras profesionales.
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La fabricación digital ha revolucionado el modelo pedagógico de los talleres experimentales vigentes desde la Bauhaus derivando en la red mundial de laboratorios conectados Fab Lab.[1]
La aparición del CAD/CAM, el ordenador personal e internet han influido en la metodología del aprendizaje basado en proyectos implementado en las escuelas de arquitectura en el cambio de siglo. El movimiento maker actualiza el concepto de aprender haciendo, acercando la invención a la educación y cuestionando la enseñanza reglada de las escuelas técnicas tradicionales por el auge del conocimiento compartido en internet a través de las plataformas digitales de aprendizaje.
La formación a la carta en línea y la producción personal deslocalizada son la base de la educación en los tiempos de la cuarta revolución industrial que fomenta las sinergias entre disciplinas, antes herméticas, y se dirige hacia una fabricación inteligente y más sostenible.
El proyecto arquitectónico moderno y la cultura maker poseen grandes similitudes herederas del movimiento Arts & Crafts del siglo XX, cuyas competencias revisadas en plena era digital, cumplen con los requisitos del siglo XXI en la colaboración interdisciplinar deslocalizada para la resolución creativa de problemas por iteración, con responsabilidad social y nociones tecnológicas en autoformación contante durante un proceso flexible y abierto.[2]
La instrucción práctica en la educación arquitectónica ha evolucionado sustancialmente en los últimos 2.000 años. Los nuevos laboratorios de fabricación digital (Fab Lab) presentan para la formación en arquitectura una oportunidad para introducir la exploración práctica junto con el contenido científico y los métodos pedagógicos.
El impacto de la fabricación digital en la enseñanza de la arquitectura está revolucionando la manera de aprender a construir y cuestiona, de nuevo en la historia, el papel del arquitecto.
El auge de la fabricación digital en arquitectura supone una enriquecedora colaboración entre industria y pedagogía, acercando las técnicas de producción a las aulas. Las relaciones entre el progreso tecnológico y la metodología de aprender haciendo se están centrando en tres fenómenos emergentes en el ámbito tecnológico (Inteligencia Artificial), el ámbito social (Movimiento Maker) y el ámbito medioambiental (Economía Circular).
Si analizamos los casos internacionales construidos a principios del siglo XXI amparados por la investigación desarrollada entre universidad y empresa, observaremos que nacen de la experimentación interdisciplinar donde se aprende fabricando a escala real mediante el uso de herramientas digitales en el proceso. De esas prácticas arquitectónicas se pueden extraer características comunes que permiten describir el concepto de Arquitectura Maker[3] y una nueva teoría del hacer que se relaciona directamente con las metodologías activas de enseñanza.
La Arquitectura Maker es un estilo de construcción experimental que surge como resultado de un aprendizaje experiencial y que es producida mediante procesos de fabricación digital (no necesariamente industriales) que requieren de la colaboración interdisciplinar del humano y de la máquina y que, a priori, no tiene un resultado preconcebido, sino una voluntad empírica que requiere de la iteración para el perfeccionamiento de su ejecución al compartir el conocimiento documentado en manuales y repositorios (con independencia del tipo de protección de la propiedad intelectual o licencia de uso).
Se pueden observar una serie de rasgos comunes en esos modelos construidos, que aluden a las condiciones que sustentan esta nueva forma de hacer arquitectura, que denominaremos características de la Arquitectura Maker y se resumen en 9 ces: científica, construccionista, computarizada, conectada, colaborativa, codificada, circular, customizada y componentizada.[4]
El estudio de las características confirma la hipótesis sobre el aprendizaje que se produce fabricando, proponiendo un modelo teórico para crear arquitectura que nos orienta hacia la fabricación inteligente. Este concepto nos encamina hacia una producción sostenible bajo demanda de sistemas constructivos, utilizando tecnología de vanguardia apoyada en algoritmos con criterios de eficiencia energética.
El concepto de la Arquitectura Maker, las nueve características que la definen y la forma de aprender a hacerla, podrían resumirse en las siguientes conclusiones: la democratización de la oferta educativa, la profesionalización de la investigación, la digitalización del flujo de trabajo en el proyecto arquitectónico, la limitación de los medios técnicos entre la industria y la academia y la suplantación del trabajo del arquitecto por el diseño del algoritmo.
La Arquitectura Maker se desarrolla a través de la práctica e involucra al individuo en su producción, independientemente del nivel de conocimiento de la técnica o de la aplicación de la tecnología para producirla.
Pero, ¿Qué papel juega el arquitecto en todo esto? Está claro que orquestar, empatizar y decidir con juicio crítico son cuestiones que aun no han aprendido las máquinas por mucha inteligencia que les otorguemos para construir, aunque serán grandes aliadas en el futuro de la profesión, sin duda.
Autor: Dr. Fabricio Santos Arias
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[1] Santos Arias, F. (2021) «De la Bauhaus al Fab Lab. La revolución digital del aprender haciendo», EGA Expresión Gráfica Arquitectónica, 26 (42), pp. 192–203. https://doi.org/10.4995/ega.2021.14717
[2] https://escuelaarquitectura.es/el-arquitecto-maker/
[3] Santos Arias, Fabricio (2023). Aprender fabricando : pedagogía del proyecto arquitectónico en la era maker. Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectura (UPM). https://doi.org/10.20868/UPM.thesis.76589.
[4] Arias, F.S. (2024). Maker Architecture: Learning by Fabricating in the Fourth Industrial Revolution. In: Giordano, A., Russo, M., Spallone, R. (eds) Advances in Representation. Digital Innovations in Architecture, Engineering and Construction. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-031-62963-1_46
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