¿Son compatibles las segundas residencias de playa y el cuidado de nuestras costas?, ¿La arquitectura del descanso puede confluir con la naturaleza sin agotarla y destrozar paisajes?
Sin duda, estas preguntas son muy pertinentes en un país que se ha dedicado a ser destino de turismo y que ha propiciado la cultura de la segunda residencia de veraneo. Arquitecturas que en la mayoría de los casos quedan vacías la mayor parte del año y espacios urbanos “muertos” fuera de la estación estival y de las vacaciones.
Volver la mirada a los primeros proyectos de la configuración turística de la costa mediterránea puede ser interesante porque en estos primeros proyectos la especulación aún no había comenzado y la relación entre el paisaje y la arquitectura todavía se podía soñar.
En este sentido, el proyecto de Antoni Bonet Castellana, junto a Josep Puig Torné, para la Manga del Mar Menor (1961) es especialmente interesante porque incorpora el ideal del Movimiento Moderno de las vacaciones como derecho de las personas y porque se sitúa en un paisaje natural de unas características singulares desde el punto de vista medioambiental.
Antonio Bonet Castellana es uno de nuestros arquitectos más internacionales, colaborador de Le Corbusier y José Luís Sert, emigró a Buenos Aires y en Argentina y en Uruguay, donde también residió, construyó algunas de sus obras más singulares. Sin embargo, también nos dejó obras ejemplares en el nuestro. Su famosa silla butterfly sigue siendo un mueble recurrente en las fotografías de arquitectura actuales.
Desde su colaboración con Sert, siendo estudiante todavía, participa en un proyecto importante del GATEPAC, la Ciutat de Repós y Vacances (1931-1938). Este estudio respecto a una nueva idea de vacaciones de masas marcará posteriormente sus proyectos vinculados a este tema.
El encargo del proyecto de la Manga del Mar Menor en los años sesenta le llega cuando ya ha realizado un encargo similar en Costa Ballena, Uruguay (1945-48) y en Necochea-Quequén, Argentina (1949-52). Aunque los paisajes -un bosque el primero, una costa en el Atlántico el segundo y una lengua de tierra entre dos mares el tercero- son diferentes, los métodos e intervenciones aprendidos en los primeros se ponen en práctica en el caso español.
- Estudiar minuciosamente el terreno y sus elementos singulares, para ponerlos en valor, incorporándolos al proyecto general.
- Proponer un sistema de circulación racional separando vehículos de playas. (En el caso de la Manga se coloca en el centro para poder dejar terreno virgen en los dos mares).
- Densificar residencia en determinados lugares para permitir grandes zonas de espacios naturales sin urbanizar (2km entre núcleos en el caso de la Manga).
- Proponer distintos tipos de viviendas que se agruparán en estas áreas de urbanización y que generarán una morfología variada.
El promotor de la Manga del Mar Menor, Tomás Maestre, abogado e inversor inmobiliario, es capaz de intuir el potencial de este espacio natural. Su familia es propietaria de una parte de los terrenos y logra hacerse con todos los terrenos de la lengua de tierra entre el mar Mediterráneo y el mar Menor. Con todos los terrenos en su propiedad y con su capacidad de convencer a los ayuntamientos y al entonces ministro de turismo Fraga Iribarne, hacen posible poner en marcha el sueño de “el paraíso entre dos mares”, como se bautizó dentro del sector turístico.
Si os animáis a ver este vídeo de dos minutos, podéis ver a los protagonistas viendo el hotel Dos Mares y el Galúa de Corrales y Molezún.
Un gran sueño necesitaba grandes arquitectos, por que se contó con Antoni Bonet, como estrella internacional y Josep Puig Torné más cercano a la obra.
Sin embargo, la ejecución de esta gran obra de urbanización no se desarrolló como Bonet y Puig Torné plantearon. Pasó de un proyecto para albergar unas 70.000 personas a concentrar actualmente a más de 200.000. Para ello, cada vez se redujeron más las áreas naturales, llegando a convertirse en lo que ahora es: un continuo de edificaciones en altura a lo largo de casi todo su recorrido de 22km entre el cabo de Palos y hasta las salinas de San Pedro del Pinatar.
¿Qué pasó para que un proyecto respetuoso con el entorno cambiara de esta manera?
Llegó en los setenta las crisis del petróleo, la inflación subió un 25% y las ayudas financieras por parte del estado para el turismo con la Ley de Centros y Zonas de Interés Turístico Nacional se acabó. Maestre, sin financiación, tuvo que afrontar sus deudas con suelo que se llevaban sus propios constructores que edificaban en sus parcelas densificando el número de viviendas al máximo.
El resultado -como comenta Silvia Nortes- es 252 urbanizaciones, 59 establecimientos hoteleros, alrededor de 1.100 apartamentos turísticos, 95 cafeterías y más de 350 restaurantes, tres puertos, 12 conjuntos de instalaciones deportivas, ocho instalaciones termales…más de 200.000 personas en la temporada estival, aunque la población censada está por debajo de los 17.000 habitantes.
También tiene como resultado la desaparición de dunas y playas naturales, la desecación de lagunas, la eliminación de valores paisajísticos y la pérdida de biodiversidad.
Un sueño convertido en pesadilla… finalmente la urbanización ganó al paisaje. Un caso más de nuestras costas.
Aun con todo, quedan escondidas en este desarrollo algunas joyas de la arquitectura española de los años 60. El conjunto hexagonal, los bungalós Malaret, el club náutico Dos Mares… todas ellas obras de Bonet. Y, también, algunas obras de Corrales y Molezún como el Hotel Galúa, y los apartamentos Hacienda Dos Mares o Los Miradores.
Con ellas, aún con las trasformaciones sufridas, se puede soñar este proyecto inicial donde el paisaje y la naturaleza aún tenían equilibrio.
Si queréis profundizar más en el tema os recomiendo estos dos post:
“Un paraíso entre dos mares”, por Santiago Jiménez http://hasxx.blogspot.com/2014/09/un-paraiso-entre-dos-mares-por-santiago.html
La Manga del Mar Menor: ¿paraíso de sol o Infierno de ladrillo?, por Silvia Nortes
https://www.elsaltodiario.com/urbanismo/la-manga-del-mar-menor-paraiso-de-sol-o-infierno-de-ladrillo
Si queréis conocer más del proyecto de Bonet Castellana os recomiendo dos artículos de José María LÓPEZ MARTÍNEZ & Edith AROCA VICENTE de la UPCT: Paisaje y turismo de Masas en la obra de Antonio Bonet Castellana. https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2117/80318/94BCN_LopezJose.pdf?sequence=1&isAllowed=y
La Manga del Mar Menor. A posible utopia. https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099/12618/C_149_2.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Y la revista Arquitectura nº 131, con el proyecto de la urbanización, el conjunto hexagonal, el club náutico “dos mares” de Bonet y el proyecto de Hotel Galúa de Corrales y Molezún.
Revista Arquitectura Nº 131 Noviembre 1969
Un artículo verdaderamente interesante, bien construido, bien ilustrado.
Refleja bien una realidad que podemos entender los que hemos conocido el proceso de saturación y degradación de La Manga y el Mar Menor en los últimos cincuenta años… y que hemos buscado y encontrado arquitectura en rincones insospechados de ese bosque de urbanizaciones y desarrollo insostenible…! Gracias por preservar la memoria histórica del lugar.
Gracias Luis por tus comentarios. En realidad da un poco de pena sólo preservar la memoria histórica… pero menos es nada.
Ojalá sigan quedando algunas obras, y gente orgullosa de habitar arquitectura moderna española.