Por Stepienybarno
«(…) me lancé a por mi segundo error: elegir a mi arquitecto por el precio.
Así que —como os podéis imaginar— con mi primer arquitecto las cosas fuera de mal en peor. Como era el más barato, más allá de su capacidad profesional, invertía muy poco tiempo en el proyecto. Básicamente lo que hizo fue pasar a limpio un dibujito que la hice yo en un papel cuadriculado.»
“(…) A la siguiente semana quedamos con ella y plasmamos en un documento todas las necesidades que teníamos. Las que pensábamos que teníamos y las que ella nos animó a plantearnos.
En menos de un mes nos citó nuevamente en su estudio y nos enseñó un boceto (dibujado a mano) en el que ya se intuía el proyecto. Es más, nos mostró tres propuestas y nos explicó detalladamente, las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas. Nos decidimos por la que tenía el porche más grande y una doble altura que, hasta ese momento, no nos habíamos planteado.
En la siguiente reunión vimos, para nuestra sorpresa, una maqueta de cartón (sencilla pero clara) con el volumen general y pudimos comenzar a hablar de los materiales de la casa.”
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