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LO ATEMPORAL DE LO TEMPORAL: LA ARQUITECTURA COMO MEDIO DE PARAR EL TIEMPO.

Miguel Ángel Montero y Rodrigo Lizasoaín nos hacen llegar este post que seguro será de vuestro interés.

En él nos cuentan cómo la arquitectura tiene el poder de trascender el tiempo, fusionando lo temporal con lo atemporal. Este artículo explora cómo los espacios arquitectónicos actúan como refugios donde el tiempo parece detenerse, conectándonos con emociones, recuerdos y una percepción más profunda del presente. A través de ejemplos y reflexiones, se pone en valor la arquitectura como medio para experimentar lo eterno en medio de lo efímero, recordándonos que cada obra es un diálogo entre lo transitorio y lo perdurable.

Un recuerdo es la memoria que queda tras un evento pasado, dejando una huella que
queda en el fondo de nuestro corazón. Solemos recordar más detalladamente aquellos
momentos que más nos han impactado emocionalmente, ya sean bellas hazañas o
profundos baches que hayamos experimentado a lo largo de la vida.
El tiempo es aquella dimensión por la cuál nos movemos en una sola dirección, es decir,
siempre avanza y nunca retrocede, o eso nos han contado. Pues aunque sea imposible
viajar al pasado de forma literal, cualquiera de nosotros desearía poder hacerlo para
recuperar un momento inolvidable. Los románticos dirían que es el Amor lo único que es
capaz de sobrepasar el tiempo y la muerte, pues éste hace que aquel recuerdo no se
convierta en una simple memoria pasada, sino que es revivido en el fondo de nuestros
corazones, generando un eterno gozo interior.
Por otra parte experimentamos que uno de nuestros miedos como seres humanos es que
se nos agote el tiempo. Como dijo el Profesor Brand en la película de Interstellar; ‘No le
temo a la muerte, le temo a quedarme sin tiempo’, pues sabemos y coincidimos que
muchos momentos que hemos vivido desearíamos que no hubiesen terminado: Una puesta
de Sol, un viaje con amigos, una noche estrellada de verano, una cena familiar del año
catapún, etc.
Cuando contemplamos aquellos recuerdos, nos damos cuenta que quizá la belleza de los
mismos reside en su finitud, lo que deja en las siguientes cuestiones: ¿Es el tiempo lineal
imprescindible en la sociedad? ¿Es el final, el elemento primordial para avanzar? ¿Deben
acabar los sucesos para que estos sean reconocidos?
Para avanzar debemos tener en cuenta que hay que dejar algo atrás, ya lo demostró
Newton en su tercera ley del movimiento, necesitamos que los eventos terminen para
abrirnos a otros nuevos, si no no se podría avanzar. Vender una moto para comprarme otra,
dejar un lugar para conocer otro nuevo, y así sucesivamente nos sucede en la vida, pues el
hecho de que algo sea limitado es lo que nos potencia a hacer otras cosas.
Sin embargo, nos han enseñado desde muy pequeños que el tiempo lo es todo, lo que ha
generado en la sociedad una sobresaturación de limitar nuestra vida continuamente, de ver
el tiempo como un medio para alcanzar un fin, cuando en realidad el tiempo es un fin en sí
mismo. El tiempo debería ser algo que no pueda ser percibido, es el gozo y el disfrute de
cada momento, viviendo cada instante como si todo se detuviera.
¿Debe ser la arquitectura una herramienta para retomar esa sensibilidad para percibir la
vida con mayor precisión? Pues debemos valorar que el tiempo es finito y que son nuestros
recuerdos los que crean su proyección infinita. ¿Y cómo se relaciona con la arquitectura?
Nuestra creatividad se ve directamente afectada por nuestros recuerdos, proyectos del
tiempo, siendo aquella capacidad humana que permite traer al presente un evento pasado,
fruto de los recuerdos, para revivirlo y trascenderlo en el futuro. Como diría el historiador de
arte José Camón Aznar: “La creación artística no queda anulada en el minuto de su
aparición, sino que se vuelve a recrear por cada uno de sus contempladores, reviviéndola
en la mirada de cada persona que la contempla.”
Entonces, si detenemos el tiempo con nuestros recuerdos, debemos generar espacios que
creen nuevos recuerdos que puedan prevalecer a lo largo del tiempo. Por lo tanto, podemos
lograr un diálogo entre el arquitecto, su obra y la persona, siendo esta última el principal
componente que genere la continuidad del proyecto, que hace este mismo trascienda en las
distintas épocas.
En definitiva, la arquitectura no solo es el arte de construir, sino el arte de comunicarte con
las personas a través del espacio y el tiempo, partiendo desde el abrazo a un recuerdo,
hasta la ilusión de querer llevarlo al futuro para que las nuevas generaciones puedan
disfrutarlo.
Tras esta pequeña redacción acerca del tiempo y la arquitectura, queremos reflejar cómo
esta es capaz de combatir la finitud del tiempo a la que nos vemos atrapados en el día a
día. ¿Qué podemos hacer hoy como arquitectos para recuperar aquellos momentos
olvidados del pasado y transformarlos en oportunidades para el futuro?

Autores: Miguel Ángel Montero y Rodrigo Lizasoaín

Alumnos de UFV arquitectura

tiempo - arquitectura

Miguel Ángel Montero, Parar el tiempo, Fotografía. Madrid

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8 Comments

  1. Arturo Montero Reply

    Gracias por crear este desafío intelectual, ofreciendo nuevas perspectivas sobre cómo valoramos y vivimos el tiempo y la arquitectura. ¡Bonita foto!¡Bellísima modelo!

  2. Carmen Sanz Reply

    Me ha gusta mucho en general y ver la arquitectura como el arte de comunicarme con los demás .Bravo a los autores

  3. Victoria Montero Reply

    La idea de que la arquitectura no es solo algo puramente técnico, sino que va más allá, siendo capaz de tocar un lado más emocional, guardando recuerdos y conectando con las personas, me parece una reflexión muy especial. ¡Me ha encantado!

  4. Maria jose Reply

    Preciosos o la comparativa con el tiempo y la arquitectura, me gusta mucho, y que grande y listo se ha vuelto mi sobrino pequeño, triunfarás ya verás

  5. Maria Jose Albert Perez Reply

    Preciosa reflexión sobre el tiempo y la arquitectura, espero que goceis mucho tiempo en esa preciosa profesión.

  6. Marga Asanza Reply

    Gracias por hacerme meditar sobre esta relación entre el tiempo y la arquitectura. Nunca me la había planteado, pero es muy real.

  7. Elvira Arango Reply

    enhorabuena a los autores! sin duda alguna , la arquitectura nos lleva a conectar sentimientos, personas y emociones y la fotografía es muy buena e inspiradora. felicidades ????

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