Peter Zumthor es uno de los arquitectos más importantes de la actualidad.
Importante, no solo por su obra construida, sino también por su pensamiento.
Pocos arquitectos podemos encontrar con más coherencia que el arquitecto suizo.
Si quieres profundizar en su obra, estás en el lugar adecuado.
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Texto de «Peter Zumthor, de la materia poética a la espiritualidad pragmática.» a continuación del vídeo.
El vídeo pertenece a una clase magistral del Doctor arquitecto, Pablo Ramos en la Escuela de Arquitectura UFV.
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La materia poética en Peter Zumthor
La materia en la obra de Peter Zumthor no es solo un componente físico, sino un medio fundamental de conexión emocional y sensorial con el espacio. Zumthor entiende la arquitectura como una experiencia multisensorial en la que los materiales hablan y cuentan historias, estableciendo un diálogo silencioso con quien recorre sus espacios. Para él, los materiales no son neutrales; poseen una dimensión poética que se convierte en el corazón de la obra arquitectónica. Esta visión se refleja en su búsqueda de una «materialidad poética», donde cada elemento construido transmite algo más allá de lo evidente: evoca recuerdos, intensifica la percepción y amplifica la experiencia del usuario.
En proyectos como las Termas de Vals, Zumthor explora el uso de la piedra local como una extensión del paisaje, un recurso que no solo estructura el espacio, sino que también impregna cada rincón con la esencia del entorno alpino. Esta utilización de la piedra va más allá de su función constructiva, pues al tacto y a la vista evoca un sentido de permanencia y conexión con la naturaleza que invita a la contemplación y al recogimiento. Zumthor logra así que la piedra sea percibida como un elemento viviente, capaz de ofrecer una experiencia corporal en la que el usuario se convierte en partícipe de la materia misma.
Otra faceta fundamental en su concepción de la materia es su carácter artesanal. Zumthor elige y trabaja materiales que poseen una autenticidad inherente, respetando su naturaleza y potencial expresivo. En sus obras, como en el Museo Kolumba, emplea madera, hormigón y vidrio, no solo como recursos funcionales, sino también como expresiones de textura, temperatura y sonido. Estos materiales permiten una aproximación táctil y sensorial, en la que cada superficie parece hablar, reflejando la luz o generando sombras que enriquecen la atmósfera espacial. Este cuidado en la elección de materiales y su combinación precisa da lugar a atmósferas cargadas de significado, donde la luz, la penumbra y el sonido se articulan con las texturas para crear una experiencia envolvente y sensorialmente densa.
Zumthor concibe la arquitectura como una realidad corporal que debe ser sentida en lugar de solo contemplada. Esto lo lleva a explorar las cualidades sensoriales de los materiales, enfocándose en cómo éstos interactúan con los sentidos humanos. Así, la madera puede evocar calor y familiaridad, mientras que el hormigón o la piedra generan sensaciones de solidez y permanencia. En sus propias palabras, la intención es activar la sensibilidad emocional del visitante mediante la creación de atmósferas donde la materia se transforma en vehículo de sensaciones y emociones, generando una percepción fenomenológica de los espacios.
A través de esta materialidad poética, Zumthor enfatiza la dimensión temporal de la arquitectura, considerando cómo los materiales envejecen y cambian. Esta evolución natural forma parte del proceso de vida de sus edificios, un aspecto que el arquitecto abraza como parte de la experiencia espacial. La patina que adquiere la piedra o el desgaste de la madera con el paso del tiempo enriquecen el carácter de sus obras, dotándolas de una memoria viva que se mantiene en constante cambio. Para Zumthor, cada material tiene su propio lenguaje y narrativa, y al seleccionarlos cuidadosamente, logra que sus edificios sean capaces de transmitir historias que conectan profundamente con quienes los habitan.
Con todo ello, la materia en la obra de Peter Zumthor es poesía construida, un medio que convierte cada edificio en un espacio íntimo de diálogo sensorial y emocional. La materialidad se eleva a una dimensión artística que va más allá de lo visual, configurando atmósferas que hablan al cuerpo y a la memoria, y que invitan a vivir la arquitectura desde la experiencia directa y consciente de sus texturas, sombras y sonidos.
La espiritualidad pragmática en Peter Zumthor
La obra de Peter Zumthor explora la materia y la espiritualidad como conceptos entrelazados, donde lo material sirve de puente hacia experiencias profundas, sensoriales y casi místicas. Para Zumthor, la materia es más que un elemento constructivo; es la expresión misma de lo espiritual en la arquitectura. Con una sensibilidad única hacia las texturas y los materiales naturales, el arquitecto suizo convierte la piedra, la madera o el hormigón en medios que conectan al visitante con la esencia del espacio y el entorno. Cada material es elegido y trabajado no solo por su función, sino por su capacidad de evocar sensaciones que perduran y dejan una huella emocional en quienes interactúan con su obra.
En proyectos como las Termas de Vals, Zumthor utiliza la piedra de la región para crear un espacio donde la materialidad se vuelve orgánica y parece respirar en armonía con el paisaje alpino. La piedra es tratada con respeto, sin disimular sus irregularidades, y se convierte en una piel que envuelve al visitante en una experiencia que trasciende lo físico. Esta percepción táctil, visual y auditiva de la piedra genera un ambiente meditativo que invita a la introspección y a una conexión más profunda con el propio ser. La elección de materiales, en la obra de Zumthor, responde siempre a una búsqueda por la autenticidad y la esencia de cada elemento, y este enfoque es clave para la dimensión espiritual de sus edificios.
El concepto de espiritualidad en la arquitectura de Zumthor va más allá de cualquier referencia religiosa o simbólica; es, más bien, una espiritualidad de la experiencia, donde el espacio permite un encuentro íntimo entre la arquitectura y el individuo. Zumthor afirma que el propósito de sus construcciones es “crear atmósferas que activen la sensibilidad emocional”, y para él, esto se logra cuando la materia y la forma generan un tipo de “silencio” que permite la introspección y la conexión personal. Sus edificios, como vamos viendo, son espacios para sentir y habitar, que apelan a todos los sentidos. La luz, las sombras y el sonido juegan papeles fundamentales, cada uno en perfecta sincronía con la materialidad del espacio, reforzando esa atmósfera espiritual.
Además, Zumthor introduce un enfoque fenomenológico en sus obras, en el cual el usuario es un componente activo de la experiencia. Los espacios que diseña no están destinados solo a ser transitados, sino a ser vividos y experimentados conscientemente. La espiritualidad en su arquitectura se percibe en los detalles y en la calidad casi etérea de sus atmósferas, como en la Capilla de San Benito y la Bruder Klaus Field Chapel, donde el juego de la luz y la sombra crea momentos de recogimiento y contemplación. Aquí, la arquitectura se convierte en un refugio, un espacio en el que la materialidad se funde con el espíritu para crear una experiencia que se graba en la memoria.
Así, Peter Zumthor logra una unión entre materia y espiritualidad, donde cada material contribuye a construir un ambiente poético y trascendental. Su arquitectura invita a detenerse, a percibir y a encontrar en los espacios una resonancia interior, donde la espiritualidad es el eco de una materialidad que habla y conmueve.
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Peter Zumthor, vida, pensamiento y obra.
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