El arte de saber preguntar.
¿Has acabado el bachillerato estudio y no sabes qué estudiar y dónde hacerlo?
¿Tus hijos te preguntan qué hacer con su vida y no sabes bien cómo aconsejarles?
¿Te has planteado hacer Arquitectura y mucha gente intenta disuadirte de la idea?
Quizás esto te ayude a aclarar las ideas, o al menos a hacerte las preguntas pertinentes.
Antes de buscar las mejores respuestas merece la pena saber si nos estamos haciendo las mejores preguntas. “Solo las preguntas que se refieren a la esencia de las cosas tienen sentido” Decía Mies Van der Rohe, uno de los grandes maestros de la arquitectura del siglo XX. Quien no se hace las buenas preguntas, es imposible que encuentre respuestas relevantes y significativas para su vida.
Durante años escucho y aconsejo alumnos que buscan su futuro en un momento vital de lógica incertidumbre al acabar el bachillerato, donde se espera que uno sepa “qué quiere ser de mayor” cuando ni siquiera sabe quién es hoy. Con frecuencia observo que el origen de su despiste es que se plantea preguntas equivocadas o incompletas.
PREGUNTA HABITUAL: ¿Qué se demanda ahora? (las SALIDAS)
MEJOR: ¿Qué me APASIONA? ¿en qué soy BUENO? ¿qué se NECESITA? ¿por qué me PAGARÁN? (el IKIGAI)
La primera pregunta centra la atención en el mundo laboral, y eso es bueno, porque conviene tener claro que “un oficio es un servicio”, y hay que prepararse para poder ofrecer un servicio valioso al mundo. Cuanto mejor sea el servicio y más necesario más oportunidades tendremos de “encontrar nuestro lugar”. Pero conviene no perder de vista que lo que estamos buscando no es solo lo que los demás necesitan, sino principalmente “aquello a lo que YO estoy llamado”. Los japoneses usan para ello el concepto de IKIGAI, y en ello hay una parte muy importante de intersección entre tus talentos, tus gustos y las necesidades del mundo que no debes olvidar. En ella aparecen unas intersecciones incompletas donde al faltar una de las piezas se produce un vacío existencial que deberíamos intentar evitar. La arquitectura es una de las carreras más completas que existen que puede satisfacer plenamente todas ellas, si te apasiona y quieres adentrarte en ella. Analiza el gráfico y busca tus respuestas.
PREGUNTA HABITUAL: ¿Qué conocimiento me garantiza el trabajo?
MEJOR: ¿Qué tipo de formación me prepara para la vida?
Aquellos que piensan que la formación universitaria se debe limitar a una formación profesionalizante están dejando de lado que la vida es mucho más que trabajo. La etapa universitaria debe formar a los alumnos para afrontar los desafíos de la vida. La arquitectura enseña a hacer PROYECTOS, esto es analizar la realidad, entender las variables más importantes y planificar un futuro mejor. (algunos de esos proyectos son edificios, pero hay infinidad de proyectos, por eso la arquitectura es tan versátil. Tu vida es un proyecto.
La Arquitectura es una profesión “reglada” por lo que hay una reserva laboral muy grande de actividades que solo un arquitecto puede hacer legalmente. Pero además de eso la carrera te prepara para abordar son solvencia una infinidad de trabajos, por lo que el encontrar trabajo no debería ser NUNCA un problema para un arquitecto flexible y bien formado. Hay profesiones que necesitarán ajustarse al signo de los tiempos pero que NUNCA desaparecerán, Arquitectura, junto a Medicina o Derecho entre otras son de esas que SIEMPRE serán NECESARIAS. Que tengas trabajo depende solo de tu interés por la profesión y entiendas la infinidad de salidas laborales que ofrece más allá de construir edificios.
PREGUNTA HABITUAL ¿Cuánto se gana?
MEJOR: ¿Dónde puedo generar más valor?
Con excesiva frecuencia la gente tiende a pensar que el fin último de una empresa (o un oficio) es “ganar dinero”. Ese es el “medio” o la “consecuencia”, no el “fin”. El dinero es al oficio como el respirar al ser humano. Aunque es imprescindible para vivir, nadie ha nacido para respirar. Es un medio necesario para un fin más elevado. El fin de un trabajo es “generar valor para quien recibe el bien y para quien lo produce”. Ninguna de las dos partes puede obviarse: quien recibe el bien ni quien lo produce. Hacer dinero puede ser consecuencia de producir mucho valor, de producirlo para mucha gente, o de estar centrado en enriquecerse. Con la Arquitectura se puede generar mucho valor y tener un impacto social importante en la sociedad, quien mejor lo hace y más valor genera para los demás suele ganar más, y eso es muy gratificante.
PREGUNTA HABITUAL ¿Podré con la carrera?
MEJOR: ¿Cuáles son mis talentos y cuánto quiero entregarme?
Si tuviste buena nota en bachillerato SEGURO que puedes con la carrera, pero si no la tuviste no quiere decir que no puedas. Muchas veces hay alumnos que no estuvieron motivados en el colegio, o no tuvieron buenos profesores, o simplemente “estaban a otras cosas”, lo cual no quiere decir que no tengan capacidad. Las buenas universidades no solo miran tu nota media de bachillerato y EVAU, sino que para orientarte te hacen una prueba de ingreso específica que mide tus distintas inteligencias (según Howard Gardner) y comparten contigo tus resultados para orientar tu futuro. Porque no todas las inteligencias son igual de relevantes en Arquitectura. El sistema escolar da una importancia excesiva a la memorización que en Arquitectura no es tan necesaria como la visión espacial, la creatividad… Por eso es importante que alguien que sepa, y a quien le importes, te pueda aconsejar.
También es muy importante que quieras ESFORZARTE. Arquitectura no es difícil, es para gente constante, trabajadora y con capacidad de esfuerzo.
PREGUNTA HABITUAL: ¿Y el prestigio?
MEJOR: ¿A quién quieres gustar, y de qué tipo de maestros quieres aprender?
Arquitectura junto con Medicina y las Ingenierías son las únicas carreras de nivel máster (MECES 3). Tienen más horas de formación. Ahora bien, no se trata de “gustar a otros” haciendo una carrera más completa, o acumular “títulos”, se trata de que te guste lo que se hace en ellas.
En Arquitectura el acceso al trabajo en la mayoría de las ocasiones se produce mediante tu porfolio (lo que has hecho hasta la fecha), o mediante concurso (anónimo). Estudiar en una u en otra universidad no supone una ventaja laboral competitiva. Importa “LO QUE SABES HACER” y que puedas demostrarlo con hechos.
Por eso es relevante que te formes con “buenos maestros” (los famosos hoy en día están ya todos disponibles en las redes, los nacionales y los internacionales) pero lo verdaderamente importante es que estén dispuestos a atenderte personalmente con afecto y paciencia. Con interés en tu persona (no solo en tus tareas), y con tiempo para resolver tus dudas e inquietudes académicas y vitales. Pregunta a alumnos de distintas universidades qué tipo de relación tienen con sus maestros y qué tal les tratan. El tipo de relación con el profesorado es FUNDAMENTAL para aprender bien y con gusto.
PREGUNTA HABITUAL: ¿Una pública o una privada?
MEJOR: ¿Dónde voy a recibir una formación más completa y centrada en mi crecimiento?
Igual que ocurre con la sanidad, lo importante no es quién tiene el escáner más potente, sino quién puede atenderte el mismo día que pides cita, a quien le importa más tu salud y tu formación, y quién te va a atender como te mereces. Para quién tienes nombre y apellidos o para quién eres un número de expediente. Quien va a hacer todo lo posible por que saques tu mejor versión profesional atendiendo a tu dimensión personal, y quien va a ofrecerte más oportunidades de formación complementaria. Quién te va a facilitar trabajo durante tu estancia en la universidad y cuando hayas acabado porque tiene bolsa de empleo y le importa tu futuro. Quien puede garantizarte estancias de intercambio porque tiene al menos una para cada alumno, quién va a viajar contigo durante la carrera, quien va a poner un mentor que te acompañe y atienda durante los primeros años de universidad, quien te ofrece una sociedad de Alumni que te sirva como nueva familia personal y profesional para estar en red. Quién te ofrece becas o formas de ganar dinero mientras estudias por si no pudieras sufragar los gastos de formación.
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Las buenas universidades suelen tener Jornadas de puertas abiertas para contarte esto con detalle y resolver tus dudas personales. Es aconsejable ir a varias de ellas para conocer mejor la profesión, conocer las universidades por dentro y poder compararlas conociendo, no solo de oídas. Las jornadas de puertas abiertas son un buen termómetro para saber cómo te tratará cada institución cuando seas su alumno, detectar cómo y cuánto les importas, y cómo será el ACOMPAÑAMIENTO que te darán en ese camino.
Todas estas y algunas otras preguntas te ayudarán a elegir tu carrera. Arquitectura es una profesión fascinante que puede ser divertida desde el primer día si sabes elegir bien. No dejes de ir a esas jornadas de puertas abiertas para conocer más. Es tu futuro y merece la pena elegir con criterio y tomándote tu tiempo.
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